Esta etapa se desarrolla en la Rioja profunda. Se sale de Viana siguiendo la N.111 (para variar) y, al poco de pasar la ermita de La Trinidad de Cuevas, ya estás en los arrabales de Logroño.
En Logroño se entra cruzando el Ebro por el famoso "Puente de Piedra". Yo iba deprisa porque me habían dicho que estaba complicado atravesar la ciudad. La entreví durante 1 hora, que es lo que cuesta encontrar el camino de salida hacia Navarrete. No se si logran que con tanta vuelta te decidas a pernoctar, pero lo que si consiguen es que te cabrees.
Dejo aquí un link sobre la ciudad que señala lo que hay que ver: https://www.lariojaturismo.com/rutas/index.php?Id_contenido=1570
Yo lo que prefiero es pasear por las orillas de mi Ebro. Cada cual a lo suyo.
Saliendo de Logroño, vuelves a seguir la carretera nacional, de la que te separas en la zona del Pantano de la Grajera... un buen sitio para tomar un refresco en sus jardines.
Regresas a la carretera y, al poco, se avista a lo lejos el pueblo de Navarrete. Me esperaban en la casa rural Peregrinando, donde había reservado por dos noches. Fue todo un placer conocer a personas con tantas ganas de agradar y de hacerlo bien. El dueño te prepara la cena en directo mientras esperas sentada en la mesa de la cocina con los demás clientes. La sobremesa se prolonga chapurreando en varios idiomas. Recomendable.
También disfruté de un buen menú en el restaurante Los Molinos.
Quería ir a visitar alguna de las bodegas de los alrededores, pero terminé cogiendo un entretenido camino de 3 o 4 km. que llegaba hasta el Embalse de Valbornedo. Pasé un buen rato dibujando viñas.
Ah! No perderse el cementerio de esta localidad, que tiene como portada la del antiguo hospital de Peregrinos de San Juan de Acre. Las ruinas de este Hospital pueden verse antes de llegar a Navarrete, junto a las bodegas Corral.
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