QUINTO DÍA:
La "Zion Gate" y el Barrio Judío
(ENTRADA ANTERIOR: CUARTA PUERTA: la "Lyon's Gate")
No se puede entender Jerusalén sin entrar en el Barrio Judío. Inexplicablemente, las agencias de viajes religiosas suelen pasarlo por alto: acercan al peregrino al Muro de las Lamentaciones, le echan la foto y el factor judío ya está visto. Con suerte te cuentan la historia del muro, su longitud y anchura y lo poco que queda de él. Ni siquiera te informan del túnel que hay bajo sus cimientos. Todo se queda en anécdota.Es un hecho que Jerusalén está tomada por el ejercito israelí. Sin embargo, los barrios todavía conservan (¿por cuánto tiempo?) ese algo que los distingue. En todos ellos, la figura del ortodoxo judío –generalmente con rasgos centroeuropeos– se hace presente allá donde vas; Jerusalén es su capital y la ciudad sagrada del judaísmo. Y el barrio judío de la ciudad vieja su baluarte.
Si atraviesas el barrio musulmán hacia la puerta de Jaffa y desde allí sigues la Armenian Road, te das de bruces con la Zion Gate. La puerta de Sión conserva, por su parte exterior, las marcas que dejaron los proyectiles de la guerra árabe-israelí. Esta guerra se inició el mismo día de la retirada de las tropas inglesas: el 15 de Mayo de 1948. Unas horas antes, las llaves de la Zion Gate habían sido entregadas al rabino Mordechai Weingarten, que vivía en el número 3 de la calle Or Chayim.
Las imágenes recogidas en la Revista Life reflejan aquellos sucesos con una claridad que merece la pena examinar.
http://milawrence.wordpress.com/2012/02/16/oh-jerusalen-un-gran-libro-e-imagenes-del-conflicto-de-1948/
Familias judías abandonan la ciudad antigua a través de la puerta de Zion. June 1948. John Phillips (Interior de la Zion Gate) |
Exterior de la Zion Gate: Marcas de los impactos de proyectiles de la guerra árabe – israelí de 1948 |
Llevaba días deseando patearme el barrio judío, pero la verdad es que me imponía meterme sola en él... hasta le le di vueltas a la ropa que me ponía para intentar pasar desapercibida! Al final, falda larga y jersey cómodo.
Antes de atravesar la Puerta de Sión, conviene dar una vuelta por la explanada extramuros, donde se suele ubicar el Monte de Sión (como siempre, en el Siglo XIX, arqueólogos europeos descubrieron que este monte y la Ciudad de David original están algunos cientos de metros más al este).
En este lugar se encuentra el Cenáculo que, actualmente, pertenece al gobierno de Israel y que se encuentra dividido en dos pisos. En el inferior, a donde se entra por un patio porticado, está la Tumba de David. Por allí merodean jovenes ultraortodoxos que se empeñan en atarte en las muñecas trozos de lana roja por "la voluntad" de 1 € (el veinte por cien de los judíos ultraortodoxos o haredíes, viven por debajo del umbral de la pobreza debido a que evitan el trabajo productivo para consagrarse a los estudios religiosos). Cuando entras al diminuto recinto –con ventiladores y sillas de plástico– donde se encuentra la supuesta tumba, te da la sensación de que te están tomando el pelo de tan cutre como es todo.
Tumba de David en el Monte Sión. Jerusalén |
Entrada a la Tumba de David y Cenáculo |
Sin embargo, el edificio mantiene algo de lo que debió ser y representar. Sus piedras, pequeños patios y terrazas, esconden lugares semiocultos donde pasar un buen rato leyendo o simplemente "echando un pestañazo".
Un poco más adelante, te encuentras la Abadía de la Dormición –otro lugar de culto hecho para peregrinos– dentro de un edificio construido a primeros de siglo y que guarda una imagen de la Virgen dormida en su cripta.
Cuando atraviesas la Zion Gate, si continúas por Habad St., te tropiezas con las ruinas romanas de El Cardo: son cinco columnas. No me parecio demasiado interesante y solo lo ví desde arriba. Si sigues caminando por la misma calle, vas a llegar a la intersección con David St., en el punto donde se cruzan los cuatro barrios de la ciudad vieja.
Es mejor que, a la altura de "El Cardo", te desvíes a la derecha. Allí está la plaza Ha-Khurba. En ella hay que sentarse un rato para ver pasar el austero colorido (si lo comparamos con el barrio musulmán) de los habitantes del barrio judío: las filas de niños de los colegios cercanos, los ultraortodoxos que, como ya he dicho antes, tanto recuerdan a los colonos de centroeuropa, las mujeres vestidas con pañuelo, medias, varias mangas y sin ningún signo de coquetería... siempre con críos agarrados de sus faldas.
Ver miniserie dramática "Unorthodox"
Plaza Ha-Khurba con la Mezquita Hurba (la más grande de Jerusalén) al fondo |
En la plaza destaca la sinagoga Hurva, recién restaurada y que permanece abierta la mayor parte del día. Muy cerca están las cuatro sinagogas sefardíes, a las que te invitan a entrar desde la calle. Si se dispone de tiempo, yo diría de entrar a la de Ben Zakai, de 400 años de antigüedad (10 shekels).
Niña haredí en las inmediaciones de El Cardo |
Pero falta lo mejor. Si atraviesas la plaza y continúas hacia la izquierda te encuentras con Rabinovich Square. Allí están las terrazas que dan directamente sobre la plaza del Muro de las Lamentaciones. Un poco mas adelante, desde otro de los balcones, se puede ver a gente transitando de un lado a otro, por unas improvisadas "calles" que discurren sobre los tejados (Los tejados del Muristan). En ellos, un gran número de banderas israelíes. Me doy cuenta de que algunas están ya sobre el barrio musulmán... una ocupación lenta que nadie parece capaz de detener.
Vista sobre el Muro desde las terrazas de Rabinovich Square |
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