Esta etapa fue tan corta, que apenas recuerdo nada del camino. Solo la Iglesia de Sta. María de Eunate ha quedado en la memoria. Y es que estuve una hora larga dibujando sus "cien" puertas.
Después de Eunate, una pista paralela a la carretera –siguiendo el río Robo– nos lleva a Puente la Reina.
Esta localidad, cruce de caminos, es una villa medieval en la que se unen dos de las vías principales del Camino de Santiago: el Camino Aragonés y el Francés. Es uno de los enclaves de mayor sentido compostelano de los situados en Navarra.
Tenía reservada una habitación en el Hotel Bidean (46 € con media pensión), en plena calle Mayor. Como siempre, en hoteles de pueblos grandes, habitación interior. Las cenas -en el restaurante de la planta baja –si no hay celebraciones- bien servidas y abundantes. A recordar, la menestra y el bacalao.
Me quedé dos días en Puente la Reina. Aquí hay mucha faena... románico y alrededores.
Estuve recorriendo Obanos, con su Iglesia neogótica de San Juan Bautista, que acoge la imagen de Nuestra Señora la Blanca (siglo XII). Me pareció poco, y –al momento– me encontraba ascendiendo hacia la Ermita de Arnotegui. Allá arriba me encontré con el ermitaño Lázaro y terminamos orando en la ermita que abrió para mí. Un buen rato para una esceptica como yo.
Ermita de Arnotegui. Obanos |
El Hotel Bidean en la Calle Mayor de Puente la Reina |
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