CAMINO FRANCÉS: De Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles (25,1 Km.)

Cogiendo el tren de las 09,40 horas, desde Madrid a Pamplona, llegas justo a tiempo de enlazar con el autobús (línea Conda - 14,30 h.) que te lleva a Saint Jean Pied de Port. Todos los que van en este autobús inician el Camino. Se nota en la impaciencia y en nuestras mochilas todavía meticulosamente organizadas.
Por las ventanas, el verde prepirenáico mientras subes a Roncesvalles para luego descender hasta Saint Jean.

El río Errobi a su paso por Saint Jean Pied de Port

A las 16,30 el autobús te deja en Saint Jean, uno de los pueblos más bellos del Camino. Está recorrido por el Río Errobi que lo atraviesa bajo tres puentes. Subiendo por la Rue de la Citadelle, llena de tiendas dedicadas al peregrino, se llega a la muralla de la ciudadela que ocupa el lugar del antiguo castillo de los reyes de Navarra. Pasear por sus senderos es una bendición. No os la perdáis.

Lo primero fue sellar en la oficina de atención al peregrino, después, localizar la casa rural donde había reservado. Los alojamientos no son precisamente baratos en Saint Jean pero, al menos, hay que intentar encontrar un hospedaje en el que el precio se ajuste a lo que pagas. La Maison Donamaria resultó de lo más recomendable: 55€ la habitación con baño para uso individual con vistas al río Errobi y desayuno. La atención no pudo ser mejor. Vi atardecer mientras cenaba sentada en un saliente de madera que rodea la casa a modo de balconada y al que accedí por la ventana. Me olvidé de todo dispuesta ya para iniciar el camino.

La Maison Donamaria al borde del Errobi

Nervios y dificultad para conciliar el sueño. A las 6,30 suena el despertador y a las 7 ya estoy ascendiendo hacia Huntto. El primer repecho es fuerte, pero nos espera el temible ascenso a Orisson: 7 km. de subida continuada que a mí se me hicieron eternos.
El refugio de Orisson es un lugar excepcional. Solitario y rodeado de onduladas montañas verdes sin apenas rocas; aquí y allá un rebaño o un caserío. Ideal para pasar la noche si no se quieren hacer los 26 km. de golpe. Buena comida aunque algo cara. Merece la pena.

Ascenso hacia Orisson

Paisaje desde Orisson

Refugio de Orisson

Desde el refugio nos quedan 13 km. de ascenso continuado hasta el Collado de Lepoeder. Hay que recordar que, desde Orisson, ya no hay ningún otro emplazamiento con servicios hasta Roncesvalles, a 19 km.
Seguimos ascendiendo por pista de asfalto y a 4 km. nos encontramos con una imagen algo "kitch" de la Virgen de Biakorri, que afea uno de los lugares más hermosos del recorrido. Si llegamos hasta ella y nos asomamos al valle que se despeña por detrás, descubriremos un hermoso paisaje y un buen lugar para descansar... puede que te encuentres ante las mejores vistas de la etapa.

Virgen de Biakorri

Un poco más allá, se deja a la derecha el desvío a la pista de Arnegui, carretera que se ha de tomar si se desea enlazar con la variante de Valcarlos https://www.senditur.com/es/ruta/etapa-01b-variante-de-valcarlos/. A continuación se abandona el asfalto a la altura de un hito de piedra que indica Roncesvaux/Orrega a 9,5 km. Atravesamos la Cruz de Thibault y ascendemos otro kilometro hasta la fuente de Roldan, situada en el collado de Bentarte y último punto de agua hasta Roncesvalles. Quedan 8 km.

Cruz de Thibault

A partir de aquí entramos en la zona más peligrosa de la etapa (con mal tiempo, claro). Un cartel nos recuerda la prohibición de recorrerla desde el 1 de Noviembre hasta el 1 de Abril. A pesar de todo hay quien se atreve jugándose la vida. https://www.eldiario.es/navarra/ultima_hora/pagar-rescates-montana-conductas-imprudentes_0_498000634.html. 
Un mojón de piedra nos indica el paso a Navarra. Se nota que estamos en España porque la señalización mejora... prácticamente hay un poste cada 30 pasos y todos con la flecha amarilla.
Después de atravesar un frondoso hayedo, el paisaje se abre en la zona del refugio Izandorre, otro buen lugar para descansar al abrigo de sus paredes de piedra.

Refugio de Izandorre

Atravesamos un pequeño desfiladero para llegar a lo alto del collado de Lepoeder, la cima mas elevada de la etapa (1.443 m.). Desde aquí, en días claros, ya se divisa Roncesvalles. En este punto se toma la decisión -no muy bien explicada en los carteles- entre coger la variante de Ibañeta con las señales del GR-11 ó bajar por el hayedo Donsimonmendia directos hasta nuestro destino.






Yo quería ver el monumento a Roldan en el alto de Ibañeta, pero, como digo, este desvío tiene una señalización confusa, así que terminé bajando por el "camino con fuertes pendientes" que de esta forma se avisa el sendero en el collado. No es una bajada dura, tan solo la dificultad del primer tramo -no apto para los que lleven calzado ajustado- y, una vez en el bosque, la de distinguir las señales en la niebla. Después el sendero se suaviza y avanza, siempre entre árboles con el blanco y rojo de las marcas del GR, hacia su destino a los pies de la Colegiata de Roncesvalles.
A las 3 de la tarde tomaba posesión de la habitación (65 € sin desayuno) que había reservado en el Hotel Roncesvalles, antigua casa de Beneficiados dentro de la Colegiata. Inmejorable.
La tarde la dediqué a recorrer las escasas construcciones del caserío. La Iglesia de Santa María (S.XIII), en gótico francés desnudo, es impresionante y la bendición del peregrino -seas o no religioso- emociona. Si hay tiempo, hay que entrar a ver el claustro y la Iglesia de San Agustin (precio reducido para peregrinos).
Lo que no recomiendo es el caro menú de la cena (17 €) preparado a toda prisa en el ruidoso comedor –"petado" de peregrinos– de la planta baja del hotel.

La Colegiata con el Hotel Roncesvalles a la izquierda

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