Puede que me equivocase al planear el trazado de la primera etapa de este tramo, pero quería volver a ver la Foz.
Si escoges esta variante, te esperan, a la salida de Sangüesa, cinco kilómetros de arcén por la carretera de Pamplona hasta llegar a Liédena. Un poco antes de llegar, coges el desvío que te lleva, por una senda bien cuidada, hasta la entrada del desfiladero de Lumbier. Dos túneles –uno de ellos completamente a oscuras*– te adentran en esta garganta labrada por el río Irati. El recorrido se realiza por una vía verde que lo va bordeando por la derecha (río arriba) y que, al final, enlaza con la localidad de Lumbier.
Tenía reservada habitación en el Hotel Iru-Bide, con buenas vistas y cama grande. Todo un lujo para el peregrino por 35 €.
Por la tarde me pateé un sendero circular que sale de Lumbier y atraviesa el Puente de las Cabras y el de Sielva, ambos sobre el río Salazar. La ribera está cubierta por unas piedras redondas y planas muy aptas para batir el record de saltos ("cabrillas") en lanzamiento de piedra a río. Nada se mueve en este lugar mientras atardece.
Puente de las Cabras. Lumbier |
Puente de Sielva. Lumbier |
De vuelta al hotel, que también es restaurante, una estupenda menestra de verduras (como solo la saben hacer en Navarra) y a dormir.
La otra variante, la de Rocaforte, es la preferida, en los últimos años, por los peregrinos. Discurre por la montaña a través de una pista que se coge nada más salir de Sangüesa por el Puente de Hierro. Es más agreste, menos solitaria y te ahorras 5 Km. en el camino a Monreal… pero no ves la Foz de Lumbier.
* No olvidar la linterna en esta etapa
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