Llegué a Irún en tren desde Madrid.
Había reservado en la Pensión Bidasoa, cercana a la estación. Bien situada pero cutre y 45 € la habitación con vistas al patio interior.
En la ciudad no hay mucho que ver, pero los alrededores son paseables. Hay que recorrer las orillas del Bidasoa, hacerte una foto en el Puente de Santiago (km. 0 del Camino), y -si hay tiempo- cruzar hasta Hendaya por el Puente Internacional de Irún.
Puente internacional entre Irún y Hendaya |
De vuelta, tomar una sidra en alguno de los bares por los que cruzas. En el bar Alaitsu, junto al asador Iñaki, he probado las mejores croquetas (de chipirones en su tinta) del Camino. Solo por ellas merece la pena llegarse a Irún.
A la mañana siguiente nervios e inicio de mi andadura con la subida al Jazkibel. La salida de Irún puede plantear alguna duda hasta que llegas a la rotonda de Zubi Muxu. A partir de aquí, el Camino no tiene pierde.
Marismas de Jaitzubia |
El amanecer sobre la zona de las marismas de Jaitzubia es inolvidable. Las vas recorriendo, mientras sorteas pequeños puentes de madera, hasta que una pista inicia el ascenso hacia el Monasterio de Guadalupe. A mitad de la subida hay un desvío debido a unas canalizaciones que realizan hace meses. Es mejor tomarlo porque te ahorras 200 m. de barrizal.
El Monasterio no abre hasta las 9 horas, pero el interior no tiene gran interés salvo la talla de la virgen negra, patrona de Irún. Tampoco sellan como sucede en la gran mayoría de iglesias del Camino del Norte.
Poco después, nos encontramos con el desvío a los dos senderos que recorren el Jaizkibel. El de la izquierda lo rodea a media altura por la parte interior. Por el de la derecha vas cresteando con mejores vistas, aunque es un poco más duro. Si llueve, no hay duda: por el fácil.
Dos caminos para Pasaia Donibane |
Al fín, cuando alcanzas la cota máxima de altura de la etapa, vuelves a ver el mar: la ría de Pasajes invadiendo el cauce fluvial del Oyarzun. Gran momento.
Albergue de Peregrinos Santa Ana |
Mi destino en Pasajes estaba antes del inicio de la escalera que desciende hasta el puerto.
Esta localidad no tiene alojamientos, solo el Albergue municipal de Santa Ana, con 14 plazas. Había encontrado por casualidad el teléfono de una casa rural en un blog del Camino. La situación de la casa y la amabilidad de su dueña me hacen recomendarla sin lugar a dudas: Caserio Txurdin Tfno.: 685475733
Me habían dicho que el menú del día de Casa Nicolasa (14 €) estaba bien, pero era sábado y no había menú. Me sirvieron algo parecido, recalentado y mal servido, casi haciéndome un favor. Mejor comer en una de las terrazas de la Plaza de Santiago (no olvidarse de probar la sidra).
Por la tarde, paseo hasta el Castillo de Santa Isabel, donde hay un chiringuito en el que tomar un café frío mientras divisas la bahía.
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