Mis botas en un descanso del camino

CAMINO LEBANIEGO: de San Vicente de la Barquera a Puente El Arrudo por la Senda Fluvial del Nansa (26,03 Km.)

7 abr 2025

Etapa gozosa donde las haya a pesar de la deficiente señalización -sobre todo al principio- y del importante desnivel positivo acumulado.

Después de pasar la noche en San Vicente de la Barquera, pueblo que ya había visitado en el Camino del Norte y que todavía -en esta fecha- carece de albergue, la salida de nuestra primera etapa -con un temporal de cuidado- no presagiaba nada bueno. Sin embargo, la lluvia cesó al llegar a Serdio y no volvió a aparecer en todo el camino.
Esto nos permitió descartar definitivamente la triste alternativa de realizar la etapa por carretera (camino oficial hasta 2015) cuyo desvío se encuentra en Hortigal y por la que se ahorran 8 km.


Peregrina en la Senda Fluvial del Nansa. Camino Lebaniego.


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-lebaniego-san-vicente-puente-el-arrudo-por-la-senda-fluvial-del-nansa-completa-147779558


Inicio del Camino Lebaniego. Puente de la Barquera. Cantabria.
Puente de la Barquera. Saliendo de San Vicente para iniciar el camino Lebaniego.
Punto de desvío saliendo de San Vicente de la Barquera
Hotel Azul de Galimar. En este punto nos desviamos a la izquierda.

La salida de San Vicente se hace atravesando su largo puente para recorrer el paseo del puerto hasta la estación de autobuses. Aquí nos desviamos a la derecha para iniciar la subida hacia La Acebosa. Este sería el camino oficial: La Acebosa - Hortigal y La Estrada para desembocar en Serdio, sin embargo hay otro camino alternativo (está señalizado) por el que se ahorran 3 Km. -atajando por encima de estas aldeas- y que va a parar también a Serdio. Para ello, nada más cruzar la A-8, se coge el primer desvío a la derecha y se atraviesa la vía del tren (ojo! paso a nivel sin barreras).

Paso a nivel sin barreras. Camino a Serdio

De camino a Serdio, atravesamos el Mirador de la Encinona. En Serdio parece que hay bar, aunque yo no lo ví al pasar.
Camino a Muñorrodero, dos kilómetros más o menos antes de llegar, nos vamos a encontrar un desvío que nos dirige hacia un sendero boscoso. La alternativa es una pista asfaltada que pasa por una zona de desmontes. En caso de lluvia es mejor coger la pista, el sendero está completamente embarrado.


Vistas desde el Mirador de la Encinona en Serdio
Mirador de la Encinona. Serdio.
Desvío alternativo en el camino lebaniego. Muñorrodero.
Desvío alternativo a Muñorrodero

El Bar Restaurante Muñorrodero en el pueblo del mismo nombre es un buen lugar para desayunar. Siguiendo camino pasamos por la Iglesia de Nuestra Señora del Hayedo, cruzamos uno de los canales del Río Nansa y llegamos a un área recreativa. En ella se encuentran los primeros carteles informativos de la senda Fluvial del Nansa que comienza a escasos metros de allí.

Fachada del bar de Muñorrodero en el Camino Lebaniego Vista del área recreativa de Muñorrodero. Cantabria.

El Río Nansa en el inicio de la senda fluvial

La Senda fluvial del Río Nansa ocupa 15 de los 26 km. por los que discurre la etapa. Esta dividida en dos partes: la primera llega hasta la Central hidroeléctrica de Trascudia y mide 8 Km.. La segunda parte, hasta Puente el Arrudo, tiene 7,3 km.
Avanzamos pues siguiendo el cauce del Nansa, río arriba, por un sendero bien señalizado y en buen estado de conservación aunque -en epoca de lluvias- puede tener alguna zona embarrada con terreno deslizante. Nada que no se controle con un poco de cuidado. Nos vamos a encontrar con veredas boscosas, pasarelas, tirolinas -hechas para los pescadores del salmón- con una especie de jaulas para atravesar el río, escaleretas excavadas en la roca, cascadas, grutas... lo que se dice un camino entretenido.

Mapa de la senda fluvial del Nansa. Red Cántabra de desarrollo rural

Peregrina en una de las pasarelas de la Senda Fluvial del Nansa
Cuerdas en las bajadas resbaladizas del Río Nansa
Tirolina con jaula para los pescadores del Río Nansa


En la central de Trascudia hay un área recreativa y carteles informativos para continúar la ruta. El sendero que nos espera a los que reanudamos camino por la senda fluvial está elevado sobre el río, sin especial dificultad salvo para los que padezcan de vértigo. También nos vamos a encontrar con algún obstáculo para el ganado que tendremos que sortear para proseguir la ruta.

Cascada en la Central de Trascudia. Río Nanasa. Área de descanso en la Central de Trascudia del río Nansa
Obstáculo al paso del ganado en la Senda Fluvial del Río Nansa


El Río Nansa visto desde la Senda Fluvial en su segunda parte



Justo antes de cruzar el puente del Tortorio (no perdérselo desde abajo), salimos a carretera local asfaltada. Si alguien quiere dejar la senda fluvial, desde aquí podemos alcanzar la CA-181 -pasa por el pueblo de Camijares- y llegar hasta Puente el Arrudo. Nosotras volvimos a introducirnos en el sendero fluvial para abordar los últimos metros de camino.


Puente del Tortorio visto desde abajo. Río Nansa.
Cruzando el Río Nansa en Puente el Arrudo. Camino lebaniego

Se hace largo este último tramo junto al río esperando el puente de El Arrudo. Hay cierta confusión en las señales pero lo cierto es que el sendero apenas se separa del río. Al final, las flechas te dirigen hacia el puente que, practicamente, desemboca en el albergue del Arrudo (limpio y con personal amable).


Con 26 km. a las espaldas, llegamos tarde para intentar comer en cualquiera de los dos restaurantes que hay cerca: la Casona del Nansa (hotel restaurante) caro y poco amable con el peregrino y los dos de Bielva: Posada de Bielva y el Bar La Bolera, con un menú del día casero del que hablan estupendamente. Avisar de que Bielva se encuentra a 1,5 km. cuesta arriba de Puente El Arrudo.
Enfín, bocata frío en la terraza y un buen chaparrón.

Después de descansar nos dimos un paseo hasta Bielva y ascendimos los 300 escalones de piedra que llevan a su ermita. Merece la pena recorrerlos porque no hay dos iguales. Esculpidos por el cantero Pedro Rasilla, cuentan que los fieles los subían de rodillas. En una reforma posterior se añadieron rellanos y bancos para descansar.
Una vez arriba se puede visitar -con suerte- la ermita del Santo Cristo y, por supuesto, el pueblo de Bielva. Lamentablemente no hice fotos aquella tarde.



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