(ENTRADA ANTERIOR: Senderos del País Cátaro)
La Seu d'Urgell tiene una larga historia de actividades heréticas. Por su catedral se han paseado el adopcionismo, el catarísmo y la herejía de los valdenses. Para los que gusten de la historia hay mucha faena en esta ciudad y en sus alrededores.
Aterrizamos en el Parador de la Seu: buen precio y una estupenda piscina cubierta al estilo de "La mujer pantera". Tiene un claustro interior fastuoso (y moderno) pero los alrededores dejan mucho que desear y las vistas, desde las habitaciones que dan a la parte trasera, son deprimentes. Elegir con vistas al Carrer del Bisbe.
La Catedral (siglo XII) es, para mi gusto, lo mejor de la Seu... un pueblo "lleno de piedras" pero bastante frío para el visitante. Después de una acertada restauración, los capiteles del claustro de esta catedral merecen una lenta mirada. Por una de sus puertas se accede a la Iglesia de San Miguel, también románica, con paredes de piedra desnuda y que, según cuentan, fueron expoliadas por la técnica del Strappo.
Restos del castillo de Castellbó |
Comenzamos nuestra peregrinación por los castillos cátaros yendo a visitar las ruinas del de Castellbó a unos 20 km. de la Seu. Un pueblo pequeño con mucha historia:
Durante el siglo XII, en el castillo de Castellbó, vivió el conde Arnau, simpatizante de las ideas cátaras, cuya hermana Ermessenda casaría a principios del S. XIII con Roger Bernat de Foix, adoptando la religión cátara y uniendo sus esfuerzos contra la iglesia del condado d'Urgell. La Inquisición, cuando tuvo dominada la región de Foix, no pudiendo apresar en vida a Ermessenda ni a su padre Arnau, hicieron exhumar los dos cuerpos de sus tumbas en la Iglesia de Sta. Catarina de Barcelona, quemando sus restos en hoguera pública, para ejemplo y escarnio de herejes. Ya en Mayo de 1237, cuando la Inquisición entró en Castellbó, había condenado a muerte a cuarenta y cinco personas como herejes o creyentes de la herejía cátara.
Hoy, de su castillo, solo queda un muñón pero el pueblo vive turísticamente del recuerdo cátaro. Esta localidad se encuentra dentro del Camí dels Bons Hommes.
Puente de Castellbó (Lérida) |
Montsegur desde la carretera |
Cruzar Andorra es un trámite. Nada por lo que detenerse en un país rendido al negocio. Los Pirineos, escasamente salvajes en esta zona, se cruzan rápidamente: Túnel d'Envalira, después Ax les Termes, Tarascon sir Ariège y coger el desvío a Saint Paul de Jarrat y Lavelanet.
No es fácil llegar a Montsegur. Apartado de las carreteras principales, la expectación crece hasta que, por fin, lo divisas al fondo.
Para qué hablar de la historia de este castillo... todos los que hemos deseado alguna vez llegar hasta este lugar la conocemos. Emociona encontrarte con el prado dels Cremats y la estela que lo recuerda, emociona la larga subida a pie hasta la cumbre mientras te salen al paso restos de las pequeñas construcciones que existieron en su ladera (seguramente posteriores a la ocupación cátara) y, cuando llegas arriba, te colocas sobre la muralla y dejas que la mirada se pierda... la emoción es segura. Aunque sus ruinas ya no corresponden al castillo que sufrió el asedio que terminaría en la pira del 16 de Marzo de 1244, este lugar trasciende. Hay un buen artículo (y desmitificador) de Rosa Montero publicado sobre este tema en https://elpais.com/diario/2008/07/27/eps/1217140014_850215.html
Volviendo a lo mundano, la entrada a los Castillos Cátaros es cara. Conviene saber que comprando el Passport de Pays Càthare, las tarifas mejoran. Lo venden en cualquiera de las oficinas de turismo y puntos de venta de los castillos de la zona y consiste en un sistema de cupones de descuento para el caso de que pienses visitar varios castillos cátaros.
Vista desde la muralla de Montsegur |
No hicimos noche en Montsegur, habíamos reservado una habitación en el Hôtel Le Donjon de Carcassonne para las tres noches que íbamos a pasar allí. Pensábamos desplazarnos desde esta ciudad para hacer dos circuitos: el de Lastours y el de Foix. Queríamos dormir dentro de la ciudadela y creo que elegimos el mejor sitio. Las habitaciones que dan al jardín interior del hotel son tranquilas y luminosas y, por la mañana, te sirven el desayuno en el exterior.
Por la noche, el paseo por las murallas de Carcassonne -cuando el turismo casi ha desaparecido- es difícil de olvidar.
Habitaciones del jardín del Hotel Le Donjon Carcassonne |
Saetera en el Castillo de Carcassonne |
Otras opciones, ya fuera del recinto amurallado, son la casa rural https://www.domainedelapetitetour.com, a 20 km. de Carcassonne y los campings que rodean la ciudad. Especialmente aconsejable el alquiler de Mobil-Homes en el Camping de la Cité, el Camping DasPinhiers, y el Camping "A l'ombre des oliviers".
De la comida, mejor no hablar. Que cada uno se equivoque como pueda. Lo bueno del Hotel Le Donjon es que te puedes llevar un bocata y una birra y comer en el jardín.
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