(ENTRADA ANTERIOR: De Zumaya a Deba por los flysch)
En Deba había reservado en una estupenda pensión, situada casi en la playa, que recomiendo a todos. Sin grandes vistas, pero limpia, cuidada, con una pequeña terraza y un encargado muy amable: pensión Zumardi (45 € la habitación individual). La comida, menú del día en el Restaurante Alvarez de la Plaza Zahorra, fue escasa y fácilmente olvidable.
Saliendo de Deba al amanecer por la ría en el Camino del Norte |
Iglesia de Deba en la plaza Zahorra. Etapa de Deba a Markina |
Al día siguiente, antes de amanecer, inicié la que sin duda es la etapa más dura del Camino del Norte. Toda ella por bosque cerrado sin apenas cambios ni aperturas en el paisaje y con continuas subidas y bajadas. También es la etapa más solitaria, pues sólo pasamos por una pequeñísima aldea (Olatz) y algunos caseríos dispersos.
Solo dos lugares para repostar en todo el camino: el primero en el Albergue Izarbide a 5 km. de Deba y, 3 km. más allá, la pequeña taberna del caserío de Olatz, que no siempre está abierta. Desde esta aldea, todavía nos quedan 15 km. de monte sin pueblos a la vista.
Recuerdo la salida de Deba, aún de noche, cruzando la ría hasta desembocar en la carretera GI-638. Después el ascenso hasta el caserío de Bustinaga y la ermita del Calvario de Maia con su mirador y su largo via crucis. El albergue Izarbide estaba cerrado cuando pasé. Un pequeño respiro en la zona del caserío Izaguirre y nuevo ascenso hasta la cima del Arramieta. Descenso al caserío de Abetetxe y después el pequeño y cerrado valle de Olatz, lo mejor de esta etapa.
El idílico valle de Olatz |
El bosque se abre. De Deba a Markina Xemein. |
Ascenso largo y prolongado del monte Arno, la mayor altura en nuestro recorrido por el país vasco.
Entramos en la provincia de Vizcaya. Desde aquí vamos de caserío en caserío en un rompepiernas continuo de subidas y bajadas: Damukorta, Arnoate, Sakoneta, Atzainzabal, Amolategui y Ezigarre.
La bajada de 2,5 km. a Markina es muy pronunciada, de las que hay que hacer despacio, sobre todo con lluvia.
Lo primero que ves al llegar es la enorme cantera Olaspe, una de las tres de donde se extrae el marmol negro de Markina y que dan trabajo a gran parte de la población. Markina es un pueblo vivo, lleno de gente joven y con un importante contingente de emigrantes subsaharianos que parecen bien adaptados. Todos hablan el euskera. Los alrededores son magníficos.
Había reservado en la Casa rural Intxauspe, que también tiene albergue (50 € la habitación para dos personas, 40 € si la disfrutas sola). Tiene un gran jardín paseable y los dueños se desviven para que estés a gusto.
Me indicaron para comer la taberna Niko Jatetxe donde me sirvieron un estupendo menú del día por 10€. Absolutamente recomendable.
Ermita de San Miguel de Arretxinaga |
Por la tarde visita a la ermita de San Miguel de Arretxinaga donde se encuentran las 3 famosas rocas, de las que se dice que tienen 40 millones de años de antigüedad, y paseo por el río Artibai que -justo al lado de la ermita- se une con su afluente, el Urko.
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