(ENTRADA ANTERIOR: De Islares a Santoña)
Esta ha sido una de mis etapas más dichosas y no solo por el paisaje. Es la sensación de libertad y ese "subidón" que te da el vencer el miedo y comprobar tu resistencia lo que la ha hecho diferente.
Después de un buen desayuno en el Hostal Buciero (dentro del precio de la habitación), comenzaba a caminar hacia el monte Buciero a las 8 de la mañana. El tramo de Santoña a Playa Berria se puede hacer comodamente por asfalto dentro del camino oficial (2,5 Km.), pero me habían hablado del Faro del Caballo y de sus 700 escalones y no quería perdérmelo. Al fin y al cabo es un camino alternativo para llegar a playa Berria, solo que rodeando el citado monte Buciero durante 6 km.
La bahía de Santoña no puede ser más hermosa cuando amanece. Te diriges hacia el Fuerte de San Martín por la Calle Monte. A la altura de una mega urbanización construida en "el bocado" de una antigua cantera, sale el camino, bien señalado, hacia el Faro del Caballo.
Al principio no ves nada, los árboles y matorrales del boscaje del Monte Buciero te ocultan el mar. El camino, en ascenso durante dos kilómetros, es pedregoso y bien cuidado. Al poco, el paisaje se abre a un acantilado que sobrecoge: estamos en la Peña del Fraile. Un poco más adelante se pasa por la Casa de la Leña y -siempre en ascenso- llegamos al cruce del sendero que baja al Faro.
Dejé la mochila escondida entre unos arbustos, confiando en la bondad del género humano, y me llevé lo esencial porque no sabía el desnivel que aquello podía tener. Desde el desvío, se ve un tramo de bajada nada alentador.
El primer tramo de escaleras es el más empinado... después se suaviza un poco y la cuerda de metal, que recorre todos los tramos, también ayuda en la bajada. Los escalones son desiguales y mojados empeoran. Tampoco se aconseja hacerlos en verano por el calor y por la nube de tábanos que anuncian en algunos blogs.
Por lo demás, se puede bajar con el mochilón sin problemas. Mejor tomárselo con calma, que después hay que subir.
Llegados al faro, todavía podrías hacer 200 escalones más para bajar hasta el mar y darte un chapuzón (solo para valientes).
De vuelta, y después de recoger la mochila, continué por el sendero hacia la derecha (cruce de 4 caminos) que lleva hacia la zona de acantilados. Durante 2 km. se disfruta de una zona de madroños, encinas y laureles hasta que comienza la fuerte pendiente de bajada en la que -en algunos metros- se pierde el sendero por algún árbol caído o pequeños derrumbes. No es que sea especialmente peligroso, pero hay que tener cuidado. En el peor tramo han colocado una cuerda de protección.
Después, el sendero se ensancha conforme se baja hacia el Faro del Pescador en una zona también con fuerte pendiente que mira al mar.
Al final nos espera el tramo de camino asfaltado que conduce a la tapia del penal del Dueso, una increible construcción de principios de siglo (1907) con un oscuro pasado y que sigue en funcionamiento.
Tapia del Penal del Dueso con el cementerio enfrente |
Posada "Las Garzas". Playa Berria. Cantabria |
En playa Berria estuve en la Posada Las Garzas (45 €.): un sitio estupendo, cuidado y bien servido. Me dieron la mejor habitación: la buhardilla con balcón, donde pasé la tarde viendo llover no sin antes tomarme un excelente menú por 12 €. en el hotel de enfrente (las mejores "rabas" de este año).
No hay ninguna tienda en este lugar a partir de mitad de Septiembre. Hay que llevar intendencia.
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