CAMINO PRIMITIVO: De Salas a Tineo (19,8 Km.)

(ETAPA ANTERIOR: CAMINO PRIMITIVO: Del Monasterio de San Salvador a Salas)

La salida de Salas es fácil si has pasado la noche en Casa Sueño... solo tienes que seguir la calle Ondinas. En ella se inicia la ruta a La Espina, una de las subidas más importantes del Camino Primitivo, con las laderas de El Viso a la derecha y de La Sierra Bodenaya a la izquierda. El inicio es un sendero boscoso con el río Nonaya a nuestra derecha en ascenso. El río baja del Alto de la Espina, mientras la vereda se estrecha y se ensancha cercada por arbustos y helechos. Pasamos por la fuente Paín y un poco más adelante vemos la señal del desvío a la cascada del Nonaya.

El Camino continúa hacia el Puente del Carcabón, pero, si lo deseamos, podemos bajar unos metros para ver el salto del Nonaya. Primero se pasa un pequeño vado y ya, a su izquierda, vemos la cascada en la zona donde el río Bouza vierte sus aguas al Nonaya. A mí, la verdad, me desilusionó. Apenas se veía entre los zarzales y, además, caía poca agua. Eso sí: merece la pena echar un vistazo, en el descenso, a la estructura amurallada que sostiene el citado puente del Carcabón.

Cascada del Nonaya. Salas.

La subida continúa zigzagueante hasta que acaba en El Llanón, en la Sierra de Bodenaya. Salimos a la N-634, a la que hay que seguir durante 1 km. Es un tramo sin arcén y peligroso en verdad. Pasamos bajo el viaducto de la Autovía de la Espina y, un poco después, nos desvíamos por un camino a la izquierda con el que volvemos a subir hasta arribar a la aldea de Porciles. Ya en llano, y casi pegados, nos encontramos con el pueblo de Bodenaya, donde pasamos junto a un crucero instalado al lado del cementerio y al pie de la iglesia de Santa María. En esta aldea hay un albergue del que hablan muy bien en los comentarios.

Crucero de Bodenaya. Asturias.

Vistas de la planicie de La Espina. Asturias.

Ermita del Cristo de los Afligidos. La Pereda. Asturias.

A un kilómetro de Bodenaya, nos sale al paso La Espina que cuenta con bares en la carretera y un área de descanso del peregrino. El camino va por la parte alta de esta localidad (no se entiende porque no cruza el pueblo por el centro), por lo que tenemos que bajar si se quiere disfrutar de estos servicios.

Finalmente acabamos en la carretera. En la rotonda, cogemos una senda a la derecha, pegada a un murete de piedra.
Por senderos embarrados, alcanzamos –en un par de kilómetros- la aldea de La Pereda, lugar donde se levanta la ermita del Cristo de los Afligidos, muy apreciada por los peregrinos.

Continúamos por la planicie de La Espina, con unas vistas estupendas de las laderas y caseríos diseminados. Pasamos por El Espín, Berdures (donde se encuentra el molino de la foto de inicio, uno de los más fotografiados del Camino) y entramos en El Pedregal.

Llegando a El Pedregal. Asturias.

Iglesia de los Santos Justo y Pastor. El Pedregal. Asturias.

Nos quedan 4 kilómetros hasta Santa Eulalia, aldea que se sitúa bajo la sierra de Tineo, con vistas a la sierra de La Curiscada y al polígono del mismo nombre. Pasamos junto a Santa Eulalia sin entrar y, justo antes de llegar al cementerio -es fácil no ver el desvío y seguir por el mismo camino-, nos desviamos a la derecha. Ascendemos un trecho y nos sale al paso la Ermita de San Roque, donde hay un bar con terraza y menú del día. Continuamos por el paseo de los Frailes, vemos la estatua del peregrino y ya estamos entrando en Tineo por el Camino de San Roque.

Vista de la sierra y polígono de la Curiscada. Santa Eulalia de Tineo.

Había reservado en el Hotel Palacio de Meras, que también es albergue. Es caro (60 €.) pero las habitaciones son grandes y con buenas vistas. La decoración un poco "viejuna" pero, aún así, es todo un lujazo para el peregrino. Tienen un menú especial para el caminante de 10,12 y 15 €. que cumple sin más. Se está bien en el patio interior donde te sirven la comida.

Vistas desde la habitación del Hotel Palacio de Meras. Tineo.

Los mil y un instrumentos asturianos para escanciar la sidra. Tineo.

Por lo demás, Tineo tiene unas estupendas sidrerías y poca cosa más para ver.
Alfonso IX dispuso, en el siglo XIII que el Camino debía pasar por Tineo y por el Monasterio de Obona, advirtiendo de castigo a todos aquellos peregrinos que se desviasen de esta ruta.

PROXIMA ETAPA: De Tineo a Campiello