Etapa afeada por los desmontes del terreno debidos a la construcción de la A-63. Sin embargo, el trecho desde el alto de Santa Eufemia a Llamas, surcando la falda de la montaña, contiene un sendero de bosque espectacular. Es lo mejor de este tramo de camino.
(ETAPA ANTERIOR: CAMINO PRIMITIVO: De Grado a Monasterio de San Salvador)
Se sale de Cornellana por un sendero en ascenso, justo detrás del Monasterio de San Salvador. En la planicie de arriba, las primeras casas que nos encontramos desparramadas pertenecen a Suburriba. Atravesamos la aldea pasando entre quintanas (caserías), horreos y paneras que nos acompañarán todo el camino.
Subimos hasta el alto de Santa Eufemia, con unas estupendas vistas sobre Cornellana. Después es cuando nos metemos en el sendero del que hablaba al principio. Al salir de ese bosque encantado (ver los cuentos de Xanas), desembocamos junto a una cantera (Sílices La Cuesta), que ya forma parte de la aldea de Llamas. Un poco después, para los que vayan sin avituallamiento, hay un cobertizo con máquinas de café y refrescos. No viene mal en esta etapa sin un solo bar en todo su recorrido.
Continuando por el Valle del Nonaya, vemos a lo lejos Quintana, con su iglesia detrás del cementerio. Pasamos por la Fuente de Santiago (debe ser una delicia descansar a su sombra cuando no llueve) y, para los que no hayan parado en esta primera fuente, sepan que –unos metros más allá– nos espera otra, con una pequeña zona cubierta.
Entramos en la zona de Casazorrina paralelos al río Nonaya, al que cruzamos por un puente de piedra que hay que rodear y ver. Atravesamos la aldea y volvemos a pasar el Nonaya, esta vez por la pasarela de La Debesa.
Puente de Casazorrina |
Pasarela de La Debesa sobre el río Nonaya |
El sendero se abre entre campos, praderas y vacas. Pasamos por debajo de la autovía y avanzamos por un camino de tierra con toda la vega del Nonaya a nuestros pies. Vemos la fábrica de Danone a lo lejos y creemos que ya estamos en Salas, por lo que los últimos metros se hacen eternos.
Vista, desde el camino, de la fábrica de Danone de Salas. Detrás, el monte de El Viso. |
Se entra en la villa por la AS-226 (Avenida de Llaniello). Yo me fui directamente a la calle principal (Avda. de Chamberí) con varios bares y cafeterías donde descansar. No dejéis de visitar, en esta misma avenida, la pastelería "Casa del Profesor" para probar los Carajitos del profesor... son deliciosos.
Salas es un pueblo con mucha historia. Hay que ver su colegiata (te la enseña el canónigo por la tarde; también sellan), el Palacio Valdés Salas, la torre medieval y pasear por las orillas del Nonaya.
Para comer: Casa Pachón (menú del día: 10 €.). En cuanto al alojamiento, yo había reservado habitación en Casa Sueño, a la salida del pueblo junto al camino: inmejorable, aunque me dejaron elegir la habitación (no todas son iguales). También tiene albergue con un gran jardín que parece cómodo y luminoso.
Por la tarde, si las piernas te lo permiten, puedes subir hasta la Iglesia de San Martín, junto al cementerio (el camino sale de la gasolinera que hay en la avenida). Son solo un par de kilómetros y merece la pena.
Vista de Salas desde la subida a San Martín |
Iglesia de San Martín de Salas. Asturias. |
Vistas desde el cementerio que rodea la Iglesia de San Martín Iglesia de San Martín de Salas. Asturias. |
El tejo milenario |
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