De esta etapa recuerdo, sobre todo, el frío en el ascenso al Alto do Acebo y la entrada en Galicia con las vieiras de los hitos del camino puestas al revés.
Camino a Peñafonte (foto sin virar). Clicar para agrandar fotografías. |
(ETAPA ANTERIOR: CAMINO PRIMITIVO: De La Mesa a Castro)
Se sale de Castro por un nuevo sendero boscoso que se dirige, en ascenso, hacia Padraira.
Como nos tiene acostumbrados este Camino: robles, castaños y hermosas vistas desde el sendero. Dejamos abajo las cuatro casas de Padraira y la carretera AS-28, que comunica Grandas de Salime con el Alto del Acebo, y avanzamos por el valle.
Nos sale al paso la Ermita de San Lázaro de Padraira que, antiguamente, pertenecía al hospital de leprosos que existía por estos lares. La capilla fue destruida en el S. XVII construyéndose, ese mismo siglo, la que vemos en el camino. Cuenta Xurde Moran en su blog que la capilla cuenta con un buen retablo barroco pero –como siempre– se encontraba cerrada a cal y canto.
Continúamos por senderos que, a veces, se abren y dejan ver praderas, caseríos y vacas. Salimos a la AS-28 y la seguimos por la izquierda hasta que un carril de tierra, con tramos de asfalto, nos desvía hacia Penafonte.
En esta aldea nos separamos de la carretera, subiendo entre las casas y pasando por delante de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y de su cementerio. Enfrente del santuario hay un lavadero cubierto donde se puede llenar la cantimplora y descansar antes de la subida al Acevo.
El camino desde Penafonte al cruce de la carretera es de los que se disfrutan... sobre todo si la niebla te impide ver los omnipresentes aerogeneradores del Monte do Zarro.
Iglesia de Santa María Magdalena en Penafonte |
Amanitas en la subida al Alto del Acevo. Camino Primitivo |
Después de una espectacular ascensión por las laderas del Monte do Zarro, cruzamos la AS-28 y vemos, al fondo, la aldea de Bustelo do Camín, situada en las laderas del Pico Cuía. En este punto se tiende a ir hacia la aldea por la pequeña carretera asfaltada que conduce hasta ella, pero una señal –no muy visible– nos indica un sendero de tierra que asciende a la derecha antes de alcanzar la aldea.
Pasamos la primera cancela y caminamos hacia lo alto del Parque eólico Sierra del Acebo, construido en la parte más alta de la Sierra de Piedras Apañadas. El sendero se empina y el zumbido se oye cada vez más cercano, pero los molinos apenas se ven con la niebla. Atravesamos la segunda cancela (en este punto sale un desvío a la derecha que lleva a la cima del Pico Cuía) y seguimos de frente llaneando unos metros. Otro nuevo repecho y dejamos a la izquierda el desvío para llegar a la cima de Piedras Apañadas (1.204 m.). Estamos en el punto más elevado de nuestro recorrido, a 1.090 m. de altura.
La niebla era espesa cuando alcancé el punto más alto del parque eólico, un pequeño llano-encrucijada en el las señales se veían con dificultad. A pesar de ser finales de Septiembre, llovía y el frío era intenso. Me puse todo el abrigo que pude y continué de frente por el sendero intentando ver algo. Dicen que hay una línea de piedras en el suelo cuando entras en Galicia... yo no la ví.
Poco a poco el camino se ensancha y se convierte en pista. Mientras bajas, el aire del norte corta cuando doblas alguna curva. Al salir de nuevo a la LU-701 (antes, la AS-28) te encuentras de frente con el famoso Meson do Acevo que, como era de esperar en este año de la COVID, estaba cerrado. Enfrente se encuentra el Alto do Acevo, por donde pasa la carretera.
Estamos en Galicia y, como recuerdan en todos los blogs del Camino, la parte estrecha de las conchas –que se utiliza como indicador de ruta en Asturias, deja de ser indicativa del camino a seguir. A partir del Alto do Acevo las vieiras solo tienen una función descriptiva, no señalan dirección. Afortunadamente, en la mayor parte de los mojones, hay una flecha debajo que sí nos señala el sentido de la ruta.
Mojón en El Acevo. La flecha coincide con la parte estrecha de la concha. |
Otro mojón en Galicia. La flecha no coincide con la vieira. |
Desde El Acevo, continúamos por el viejo camino peregrino del "Camiño Real". El sendero vuelve a empinarse en dirección al Chao de Folais. Desde arriba hay buenas vistas de Fonsagrada, siempre que no haya niebla.
La pista sigue de bajada hasta alcanzar de nuevo la LU-701. Caminamos junto a ella protegidos por una baranda de madera. En el descenso nos topamos con Cabreira y un par de kilómetros después con Fonfría, su fuente y su iglesia. Si llueve y quieres secarte un rato, el mejor lugar te lo encuentras en Barbeitos: el Mesón Cuatro Vientos, con fama de buena cocina y siempre lleno de senderistas y ciclistas. Nos quedan 5 kilómetros hasta Fonsagrada.
En uno de los tramos de sendero, vamos a pasar junto a la capilla de Santa Bárbara que se encuentra en un hermoso prado donde se puede descansar cuando no llueve. El pórtico es un buen lugar para resguardarse.
Ascendemos al Alto de Paradanova y, ya con Fonsagrada a la vista, atravesamos la aldea. Con el camino histórico de acceso a Fonsagrada recuperado, ya no debemos hacer caso de la señal que nos invita a cruzar la carretera para ir a Burón. Hay que tomar el camino a la izquierda, que –después de un duro ascenso final– nos conduce a nuestro destino.
No me dió tiempo a ver nada de Fonsagrada. A las 14,15 cogía el autobús que me llevaría a Lugo.
Al año que viene me la patearé entera.
Vista de Fonsagrada. Lugo. |
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