Clicar para ampliar imágenes |
(TRAMO ANTERIOR: CAMINO DEL NORTE: De Muros de Nalón a Soto de Luiña)
Se sale de Soto de Luiña cruzando la N-632a para aproximarnos al Hotel Valle de Las Luiñas. Un poco más arriba volvemos a encontrarnos con la carretera y repechamos la Cuesta de la Torre. Al final, cerca del cementerio, está el barrio de Las Chabolas con el Hotel Cabo Vidio. Ya en el Camino Real de las Palancas, los mojones con azulejos nos van señalando la ruta. En este punto hay que decidirse por tomar el camino de la costa (Real Cami de Las Ballotas) o el de la montaña (Sierra de Las Palancas). El mojón que nos obliga a decidirnos no aclara mucho: solo pone "Ballotas" o "Camino".
Yo, si volviera a hacerlo –en un día sin niebla– escogería el camino de la montaña... muy malo tiene que ser para ser peor que el de la costa. En este último vamos a atravesar 7 barrancos, a cual más embarrado, estrecho y boscoso. De vez en cuando, hendidura tras hendidura, se nos aparecen triángulos azules que se pierden en la siguiente curva del camino. Estas visiones son la parte buena de los abruptos descensos de las Ballotas.
Tengo que reconocer que, en los últimos kilómetros, estaba ya tan harta que me pregunté porqué no había seguido el trazado de la carretera. Reproduzco un párrafo de la Topoguía 2 del Camino de Santiago por Asturias, promoviendo el camino alternativo por la montaña en esta etapa:
- "Lo que planteamos aquí, constituye una alternativa razonable al Camino Real de la Costa (Ballotas), considerado como tradicional, máxime teniendo en cuenta la penosidad de su tránsito, conocida de antiguo, a la que se añade haber sido cortado y/o suplantado, en numerosos tramos, por la N-362, carretera casi tan infame como el viejo camino, carente de arcenes y con un numeroso tráfico de vehículos pesados, lo que lo hace no solo peligroso,si no a todas luces desaconsejable el paso por ella"
- "En pleno invierno, o en época de mucha lluvia, el barro o mal estado de los caminos, o los arroyos crecidos, nos podría obligar a caminar algunos tramos o toda la etapa por la nacional N-632: como siempre, precaución."
Dicho esto, vamos a por la primera ballota que encontramos en Albuerne después de pasar por la Ermita de Santolaya. Desemboca en el cruce del Arroyo Llendebarcas, que no suele llevar mucha agua.
Todo lo que baja, hay que subirlo después. Trás un fuerte ascenso por sendero entre bosques el poste nos indica que hemos llegado a Novellana. Salimos a la N-632 y vamos a por la segunda ballota que baja hasta el cruce del arroyo de Prau Llagón. Sigue siendo una vereda, aunque esta más ancha que la anterior.
Vuelta a subir hasta la carretera. Nos espera la aldea de Castañeras, en la que, a la altura de Casa Pachín, vamos a encontrar un desvío que nos lleva a la Playa del Silencio, lugar que no hay que perderse, al menos desde el mirador (200 m.). Después hemos de volver por el mismo camino para bajar la tercera ballota que atraviesa el Río Candano.
Playa del Silencio. Castañera. Asturias. |
De nuevo en ascenso por sendero entre helechos y eucaliptos, donde no llega el sol, para alcanzar la aldea de Santa Marina. Se nota que llegamos arriba porque se va vislumbrando el cielo encapotado. Salimos a la N-634 y cruzamos el pueblo dejando a la izquierda otra bajada, esta vez a la Playa de Gueirúa. En esta localidad hay un parque con bancos, estupendo sitio para descansar y la Pensión Bar Casa Gayo.
De nuevo bajando la cuarta ballota que acaba en el regato de La Ponte. Ya en la subida, en un llano, vamos a cruzar el Río San Roque para después atacar la empinada cuesta que nos ha de llevar al pueblo de Ballota. Mientras subimos, una romántica fuente con la inscripción "Año de 1891" nos sale al paso.
Saliendo de Ballota (no hice fotos porque, a estas alturas, todos los pueblillos me parecían iguales aunque Ballota en absoluto lo sea), está el Hotel Casa Fernando, una institución por estos lugares.
El quinto barranco, que viene a continuación, es una de las bajadas más importantes de esta etapa. Acaba en la Playa de Ricabu, donde desemboca el arroyo del mismo nombre, en una salida abrupta en la que te quedas mirando al mar mientras te preguntas donde está el puente para pasar esa playa inaccesible. La respuesta esta atrás. En alguna parte del camino te has dejado la flecha amarilla y has de volver sobre tus pasos. Pasé un mal rato, hacia arriba y hacia abajo, hasta que la descubrí, oculta por los matorrales, unos 100 m. antes de llegar a la playa a la izquierda. Desde ella, por un escondido sendero, se cruza un también oculto y bello puente que nos da paso al remonte de la ballota.
El estrecho sendero de subida, solo abierto por el paso de los peregrinos, se ensancha finalmente en Tablizu. Arriba se ve el mar, aunque pronto nos metemos otra vez en senderos ocultos entre bosques y prados que cruzan regatos como el de Pasadín. El paisaje se ensancha de nuevo dejándonos entrever los acantilados que hay sobre la Playa de Tablizu en lo que sería la sexta ballota.
Después de pasar el Arroyo de Yeguas, la vereda va hacia el mar abandonándo, a la derecha, la difícil bajada a la playa. Las vistas sobre el Cantábrico son aquí espectaculares.
Entrada del sendero de la 7ª ballota desde la carretera |
Solo me quedaba una ballota pero estaba harta y deseando llegar. Decidí probar por la carretera y dejé atrás el sendero que bajaba para cruzar el Arroyo Retuerto. El camino por la N-632 es tranquilo, con menos desnivel y mucho menos embarrado, pero apenas tiene arcenes y hay que tener cuidado.
Entré en Cadavedo por su parte sur (el camino de las ballotas entra por el norte), lo cual no está mal si vas al Albergue de Peregrinos de Cadavedo, que se encuentra junto a la carretera. Pero yo iba a los Apartamentos Casa Ina, que están arriba, en el camino hacia la Playa de Cadavedo. No se veía el mar, pero la habitación, con el balconcillo frente a la bruma, no me defraudó.
Un poco más arriba, en la zona de La Regalina, me dieron un buen menú del día en el Restaurante del Hotel Astur Regal.
Por la tarde, un paseillo hasta la hermosa -y solitaria en este tiempo- playa de La Ribeirona, en Cadavedo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario